Hay noticias que los Medios de Comunicación resaltan con grandes titulares. Se consideran de gran relevancia nacional, abren telediarios y permanecen durante días en las primeras páginas de periódicos y digitales. Abundan los comentarios sobre ellas, las opiniones, e incluso, ocupan editoriales durante mucho tiempo. Un ejemplo es el del que puede llamarse “sídrome Rubalcaba”. Desde hace muchas semanas pueden encontrase todo tipo de disquisiciones sobre la persona, el político, su trayectoria, ideología actual, o sus afinidades dentro de las distintas sensibilidades del PSOE. Seguro que muchas de ellas hacen sonreír con un deje de ironía al propio Alfredo. El reciente titular de un periódico madrileño ante la noticia de su salida del ejecutivo fue: “Por fin deja el Gobierno”. Algo habitual en quién desde el año 1983, ha entrado y salido de las alcobas del poder y de distintos cargos gubernamentales con la naturalidad del que se sabe superviviente siempre.
La pregunta que puede plantease es: ¿Cuál es la importancia real de esta noticia? La respuesta es: poca, escasa o relativa. No hay nada de especial relevancia en ella, ni nuevo, ni algo de lo que la mayoría de españoles pueda sorprenderse. Si sublimamos el proceso que se ha vivido durante estos últimos meses respecto a éste, sin duda, importante político español, la idea que se recoge en el crisol del sublimado es simplemente ésta: busquemos los votos como sea y donde convenga. Con independencia de cualquier otra consideración, lo que permanece es la búsqueda imperiosa de los votos que el PSOE considera perdidos en las últimas elecciones. Creen que eran suyos y ahora tratarán de recuperarlos de cualquier forma. Incluso, nominando a dedo a un candidato a la presidencia del Gobierno del que nada nuevo puede esperarse. En resumen, ellos siempre hablan de votos. Y qué hay de nuevo o de interesante en esta noticia para los ciudadanos: nada, absolutamente nada.
Sin embargo, otra noticia de gran relevancia porque supone un cambio esencial en el hábito de la gestión del dinero público en España, pasará casi desapercibida con toda probabilidad: Un Partido Político, UPyD, hace públicos los sueldos de sus diputados con todo tipo de aclaraciones y con total transparencia (El Pais.com). En su página Web, ha publicado con todo detalle los honorarios que les pagan los ciudadanos por desarrollar su importante labor del gestión política en la Comunidad de Madrid.
Seguro que algunos dirán que estas cifras ya se conocían, que se publican en los BOEs correspondientes, que, etc., etc.
Pues no. Es la primera vez que un Partido Político publica, con nombres y apellidos, el detalle de los euros y los céntimos de euro que cobran todos y cada uno sus diputados y da cuenta pormenorizada de las razones por las cuales existen las diferencias que aparecen en la mencionada información. Además, ha pedido que se supriman los 3.000 euros anuales que cobran los parlamentarios de la CAM en concepto de transporte.
No es la primera vez que UPyD predica con el ejemplo. Este ejercicio de transparencia sigue a la publicación, también en su página Web, de sus cuentas anuales, una vez realizadas las correspondientes auditorías, interna y externa.
Para muchos ciudadanos de a pié, esta sí es una noticia relevante, porque además, como dijo hace tiempo la diputado nacional Rosa Díez, no se buscan votos, ni ahorrar en tiempos de crisis. Es simplemente una cuestión de principios. De los principios de transparencia y rigurosidad en el gasto del dinero público que aportan todos los ciudadanos. Y no debe olvidarse nunca que el ejercicio profesional de la política es siempre voluntario. Nadie está obligado a presentarse como candidato a unas elecciones, ni a aceptar cargo público alguno. Al noble ejercicio de la política debe llegarse con claro espíritu de servicio y debe tener una compensación económica digna y adecuada, pero también, totalmente transparente para el ciudadano que paga con sus impuestos, entre otras muchas cosas, los sueldos de los elegidos. A partir de la publicación de estos datos, los electores deberán valorar si, por el trabajo que realizan los diputados, el salario es suficiente, escaso o excesivo y podrán elegir con pleno conocimiento de causa en las en las próximas elecciones. ¿Cundirá el ejemplo?. Me temo que no.
Estimado Prof. Sopeña
ResponderEliminarSoy afiliado a UPyD y desde hace algún tiempo sigo su blog. Estaría interesado en colaborar con el grupo de medio ambiente y energía que usted coordina, pero no he encontrado ninguna vía de comunicación. ¿A dónde podría dirigirme?
El artículo es estupendo. Muchas gracias por su atención.
Un saludo cordial
Miguel Brasa
Perdón por la demora en responder. Acabo de descubrir que por alguna razón que no entiendo su correo habia sido considerado Span. Para colaborar con el grupo de trabajo puede escribir un correo a medioambiente@upyd.es
ResponderEliminarGracias, un saludo.