jueves, 15 de diciembre de 2011

Mataban para esto

Las gentes dedicadas a lo que se ha dado en llamar Ciencia, acostumbramos a esperar el final de la reacción para analizar los resultados. Dicho de otra forma, cuando finaliza la fase de investigación y experimentación, se obtienen las conclusiones y las nuevas hipótesis que habrá que validar con posterioridad. Si aplicamos esta metodología al periodo en el que ha Gobernado el PSOE con poder omnímodo de José Luis Rodriguez Zapatero, es este el momento de sacar las conclusiones finales y establecer hipótesis para el nuevo periodo político que se abrirá a partir de la semana próxima. Cierto que aún queda un Consejo de Ministros en viernes 16 y que con el BOE en la mano, el Presidente saliente ha demostrado su capacidad para cometer los mayores excesos, pero no es esperable ninguna decisión de mayor importancia aunque habrá que permanecer atentos.

Y … ¿cuáles son las principales conclusiones del periodo político que termina? La lista es interminable y se ha convertido en tópico: una tasa de desempleo por encima del 22%, una desastrosa gestión económica de la crisis, un País desquiciado desde el punto de vista autonómico, un conjunto de leyes imposibles de cumplir o absurdas, etc. Todos los ciudadanos preocupados por la situación la conocen, aunque algunos, aferrados al sectarismo zapatético, aún tratan de disfrazar lo que incluso muchos militantes socialistas y afines han reconocido.
Hay otros temas de gran importancia a los que se presta menor atención mediática, pero básicos para el buen funcionamiento de la Democracia. Son, por ejemplo, la penosa situación en que han quedado los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, o la de los Medios de Comunicación. A los dos primeros, J.L. R. Zapatero, les otorgó una categoría similar a la de Partido Político atribuyéndoles funciones que no les corresponden. La consecuencia es que el auténtico discurso sindical casi ha desaparecido de estos dos sindicatos, con el consiguiente desprestigio de ambas instituciones, esenciales para el equilibrio social.

Para el análisis de la situación por la que atraviesan los Medios de Comunicación, basta con observar lo sucedido en las televisiones de nueva creación. La mayoría han desaparecido al cabo de un año y los que han sido grandes canales, están casi en quiebra. Las fusiones de cadenas parece que configuran un panorama mucho menos plural que el anterior. Un mayor sectarismo, si cabe, está asegurado.

Zapatero y Amaiur se saludan afectuosamente en el Parlamento. (J. Martín EFE) 
Pero por encima de todo, hay dos heridas que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha dejado abiertas, infectadas y purulentas en la sociedad española. Una insensibilidad manifiesta ante la mentira y unas Instituciones con un quiste maligno muy difícil de extirpar: ETA-Batasuna-Bildu-Amaiur en el Parlamento y con enorme poder en algunas de las Instituciones vascas y navarras.

Sobre las mentiras reiteradas de este Gobierno, convertidas por último en traición, nada que decir después de leer el artículo de Rosa Diez en el Mundo del 6 de diciembre (ver artículo). Ciertamente, algunos sectores muy importantes de nuestra Sociedad están sumidos en la indignidad más que en la indignación. Un grave problema de falta de principios que habrá que analizar con mucho detalle.

Acerca de la segunda lesión, recuerdo dos frases pronunciadas hace algún tiempo que resumen muy bien la patética situación en la que el PSOE de Zapatero deja España. La primera también es de Rosa Diez: mataban para esto”. Tres palabras que definen perfectamente la situación, no se puede expresar de forma más escueta y con mayor sencillez. Han conseguido lo que perseguían durante años. La legitimación de la violencia como método de obtener los réditos políticos perseguidos. Y punto, es así de rotundo.

La segunda es del socialista Ramón Jáuregui: si por casualidad vuelven a matar…”. Es difícil imaginar mayor humillación para unas posibles víctimas futuras. Si vuelven a asesinar habrá que explicarles a los familiares que ha sido por casualidad. En este supuesto, ¿lo hará el Sr. Jáuregui mirándoles a los ojos?.  Mi deseo ferviente es que nunca tenga que hacerlo, pero…

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