En la Sesión Plenaria del Congreso de los Diputados número 242, del martes 15 de febrero del 2015, tuvo lugar un debate de gran interés acerca de la endogamia en la Universidad española. Sin embargo, ha pasado casi desapercibido. Debería haber tenido una amplia difusión, pero los medios de comunicación no le prestaron mayor atención. Prefieren dedicarle muchos días, horas, minutos y segundos, a temas lamentables como el denominado "caso del pequeño Nicolás", cuyo histrionismo roza el ridículo más grotesco.
En respuesta a una Proposición no de Ley presentada por Unión Progreso y Democracia, el resto de los Partidos Políticos presentes en el Parlamento, fijaron su posición frente a un tema tan importante y que pocas veces, por no afirmar que ninguna, se ha planteado con la profundidad, serenidad y objetividad necesarias. Escuchando las intervenciones de los diputados de los diferentes Grupos presentes en la Cámara y las trincheras que casi todos ellos han escavado dentro y fuera de ella, se entiende la situación de la mayoría de nuestros Centros de Educación Superior en las clasificaciones internacionales. Porque mientras que en las últimas décadas, España por su PIB se ha movido entre los puestos 9 y 13 de las clasificaciones del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional, ninguna universidad española ha ocupado un lugar correlativo con él. Alguna ha conseguido acercarse al puesto 150 dentro las mejores y más prestigiosas clasificaciones, como puede verse, por ejemplo, en el Academic Ranking of World Universities 2014, pero nada más pírrico que este "importante logro" (léase con la ironía que el caso aconseja).
La Universidad Complutense de Madrid, muy citada estos últimos meses porque su Facultad de Ciencias Políticas y Sociología ha servido de plataforma para el surgimiento de un nuevo partido político cuya ideología plantea dudas en amplios sectores de la Sociedad española, apenas consigue situarse entre los puestos 301 y 400 del mencionado ranking internacional de las universidades del mundo. El pobre debate plagado de tópicos y lugares comunes que hace algunos días ha tenido lugar entre los candidatos a Rector de esta Universidad, explica también la pobreza de los resultados.
Es lamentable comprobar la cantidad de importantes pactos de Estado, imposibles hoy día, que serían necesarios para salir de la crisis económica, política e institucional, en la que se encuentra nuestro País. Pero mejor, que los lectores interesados en la Universidad, es decir, en el futuro de la calidad de la Enseñanza Superior, y en el futuro y en el tipo de formación que reciben los profesionales llamados a ocupar los puestos más relevantes en la economía y en la política española, escuchen el debate y juzguen por sí mismos. Enlace a la PNL.
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